Con Miguel Hernández

Lo mismo que inventar es comprender
algo que aún no existía
y traducir lo oscuro al lenguaje de la luz,
leer su corazón
fue soñar un idioma sin la palabra usura,
sin miseria, injusticia, desigualdad, prohibido...
sin palabras que fuesen veneno en el agua
y sal en la herida. (...)
Benjamín Prado

sábado, 26 de marzo de 2011

El grillo fue el primer poema de César Simón musicado por Lucho Roa en junio de 2008 a petición del Centro de Formación de Personas Adultas El Villar con motivo de un acto poético doble: por un lado tenía lugar el recital poético de fin de curso del taller literario de la escuela y también la presentación del ganador del V Certamen de Poesía César Simón que obtuvo ese año José Morán con Los silencios guardados.
Fue tan impactante escuchar la poesía de César Simón interpretada por el músico Lucho Roa como colofón a la presentación que, sin dudarlo, le animamos a componer un disco que recogiese una selección de poemas de nuestro querido poeta. Ni que decir tiene que Lucho había quedado prendado ya de la poesía de César Simón. Así empezó a gestarse este disco enorme y absolutamente insólito que lleva por título Viento en Monteolivé.
¿Por que escribo todo ésto? ¿Qué relación existe entre César Simón, Miguel Hernández, Lucho Roa, La Escuela de Adultos de El Villar, un servidor...?¿Tal vez la poesía? ¿La palabra desnuda, llana, desgarradora?¿La música de las palabras?¿Las palabras hechas música?
El caso es que he no he podido evitar evocarlos juntos porque me hierven por dentro, porque me martillean los versos de César y los asocio con los de Miguel, porque cuando oigo a Lucho cantar "Si pudieran decirse/ estos misterios de la noche,/ al borde de una cama,/ frente al espacio absorto de un suelo iluminado/ por turbio resplandor...",y escucho la voz de Empar susurrar "Qué vago es el reloj que suena. Qué extraño este silencio, nube informe...",el tiempo se detiene y no suena nada mejor en mis oidos y siento un extraño vacío y presiento ese silencio último más allá del silencio de la noche que, como escribe César Simón, tal vez el grillo sabe.Un bálsamo para la melancolía.
Así pues, voy a publicar en este blog, el disco Viento en Monteolivé, en pequeñas dosis, canción por canción, porque en estos días pasados( y ahora mismo)me he formulado muchas preguntas y sólo he encontrado alivio en estos versos y en esta música que deseo compartir.



viernes, 18 de marzo de 2011

Hace ya unos días que no atiendo este blog y no es por falta de ganas, sino por circunstancias personales y obligaciones familiares que relativizan el tiempo.
Junto a Miguel Hernández he tenido estos días en mi cabeza a un poeta que me resulta muy cercano y a la vez desconocido. He buscado en sus textos un poco de luz y de compañía. Como dice el poeta valenciano Vicente Gallego en su antología "el 50 del 50 (Seis poetas de la generación del medio siglo)" de la editorial Pre-Textos,2006, César Simón dejó formuladas todas las preguntas, y todas eran una, y no hubo más respuesta que el asombro. Luego, se fue más adentro, y allí cantaba el grillo desvelado, con su más nítida voz, con la más honda, esperando por nada, por nadie, y aún enamorado. Dolía leerlo. Y era grande el consuelo.



Ese canto del grillo,
por las veredas, lomas,
monótono profundo,
que te hará meditar inútilmente
(...)

Sí, El grillo, ese poema emblemático que el músico Lucho Roa lo ha elevado hasta nuestros oídos "más allá del silencio de la noche(...) ávidos de estrellas, de fuegos celestiales".
César Simón sabe ya qué hay más alla del silencio de la noche, como tal vez lo sepa el grillo. Os dejo con todos ellos.Y me acuerdo especialmente de Empar,la pareja de Lucho, en estos difíciles momentos que atraviesa, que pone su dulce y armoniosa voz en este inmenso poema.


Lucho Roa


Continuará...

jueves, 10 de marzo de 2011

10

CREO QUE UNA HOJA DE HIERBA
Walt Whitman


De Películas

Creo que una hoja de hierba, no es menos
que el día de trabajo de las estrellas,
y que una hormiga es perfecta,
y un grano de arena,
y el huevo del régulo,
son igualmente perfectos,
y que la rana es una obra maestra,
digna de los señalados,
y que la zarzamora podría adornar,
los salones del paraíso,
y que la articulación más pequeña de mi mano,
avergüenza a las máquinas,
y que la vaca que pasta, con su cabeza gacha,
supera todas las estatuas,
y que un ratón es milagro suficiente,
como para hacer dudar,
a seis trillones de infieles.

Descubro que en mí,
se incorporaron, el gneiss y el carbón,
el musgo de largos filamentos, frutas, granos y raíces.
Que estoy estucado totalmente
con los cuadrúpedos y los pájaros,
que hubo motivos para lo que he dejado allá lejos
y que puedo hacerlo volver atrás,
y hacia mí, cuando quiera.
Es vano acelerar la vergüenza,
es vano que las plutónicas rocas,
me envíen su calor al acercarme,
es vano que el mastodonte se retrase,
y se oculte detrás del polvo de sus huesos,
es vano que se alejen los objetos muchas leguas
y asuman formas multitudinales,
es vano que el océano esculpa calaveras
y se oculten en ellas los monstruos marinos,
es vano que el aguilucho
use de morada el cielo,
es vano que la serpiente se deslice
entre lianas y troncos,
es vano que el reno huya
refugiándose en lo recóndito del bosque,
es vano que las morsas se dirijan al norte
al Labrador.
Yo les sigo velozmente, yo asciendo hasta el nido
en la fisura del peñasco.

Versión de León Felipe