3
Arte poética
Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,
como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.
A este oficio me obligan los dolores ajenos,
las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.
Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.
Juan Gelman Velorio del solo
(Escuchar al autor recitando Arte poética)
martes, 27 de abril de 2010
martes, 20 de abril de 2010
No me gusta la poesía
2
No me gusta la poesía. Creo que sólo me gustó de niña, cuando era un juego más. Pero no ahora que es lo inevitable.Ya no puede gustarme, porque me quita el sueño y ensombrece mis ojos y mis horas. Porque aparece sin que yo la busque. Ya no puede gustarme, porque la he visto en lugares terribles: la he visto en las afueras de las grandes ciudades y la he visto en la guerra y en el vértigo, en la tierra arrasada, en los barcos hundidos y en los niños enfermos, en las columnas de humo de las fábricas, en este cielo sucio y sin estrellas. Y la he visto en mi cuerpo cuando tiembla de frío.
María M. Bautista
(1990)
No me gusta la poesía. Creo que sólo me gustó de niña, cuando era un juego más. Pero no ahora que es lo inevitable.Ya no puede gustarme, porque me quita el sueño y ensombrece mis ojos y mis horas. Porque aparece sin que yo la busque. Ya no puede gustarme, porque la he visto en lugares terribles: la he visto en las afueras de las grandes ciudades y la he visto en la guerra y en el vértigo, en la tierra arrasada, en los barcos hundidos y en los niños enfermos, en las columnas de humo de las fábricas, en este cielo sucio y sin estrellas. Y la he visto en mi cuerpo cuando tiembla de frío.
María M. Bautista
(1990)
viernes, 16 de abril de 2010
Mi cabra Luná
Y puestos a comenzar ¿Por qué no hacerlo con un poema de su primera etapa? Todos sabemos que Miguel fue pastor, pero,¿conocéis el nombre de alguna de sus cabras?
En el poema "A todos los oriolanos", publicado en el semanario El Pueblo de Orihuela, el 2 de febrero de 1931, -un año después de ver publicado en el mismo semanario "Pastoril", que fue el primero- aparece el nombre propio de una de ellas. Aprovechamos para leer este "memorial" en romance, en palabras de Eutimio Martín, estudioso de la obra hernandiana para leer entre líneas el verdadero propósito del poeta, que no es otro que pedir abiertamente a todos los oriolanos, pero especialmente a D. Luis Almarcha, vicario general de Orihuela y director del semanario El Pueblo de Orihuela,que le financien la publicación de su primer libro de poemas, porque, sin duda, es tan mal pastor como buen poeta, como habían reconocido ya sus paisanos.
Carta completamente abierta
A TODOS LOS ORIOLANOS
Alma de mis oriolanos
¡digo!...oriolanos de mi alma.
A vosotros me dirijo
desde esta carta “arrimada”
que escribo, teniendo por
mesa el lomo de una cabra,
en la milagrosa huerta
mientras cuido la manada,
tras saludaros lo mismo
que hacen todos en las cartas.
Y me dirijo a vosotros
para… para…para…para…
(¡Ay! Perdonadme un momento.
Voy a echarle una pedrada
a la “Luná”, que se ha ido
artera a un bancal de habas,
y el huertano dueño de ellas
me está gritando desgracias.
Bien. Ya la espanté) Prosigo:
¿Os decía…? ¡Ah, sí, sí… ! ¡Calla!
Que me dirijo a vosotros…
(¡Rediós! Otra vez la cabra
Y el huertano que me grita!
Maldita sea la estampa
del animal que no quiere
que diga lo que empezaba.
¡”Luná”…! Ya escapó) Sigamos.
Y me dirijo así para
deciros que pienso hacer
con poesías de las dadas
a la luz y de las que están
sin ver la luz para nada
-que son bastantes- un libro.
¡Un libro, un libro! ¿Os extraña?
Pues que no os extrañe.¡Un libro!
Un bello libro que vaya
ilustrado por Penagos,
por Bartolazzi o Pedraza
y prologado por… ¡vamos!...
por el primero que salga.
¿Qué me decís? ¿Que es locura?
¿Qué veis muy mal que lo haga?
¿Qué no puede ser? ¿Qué es mucha
mi presunción y mi audacia?
¿Qué me lo he creído?...¡Cierto!
¡Me lo he creído! ¡Palabra!
Me he creído ser poeta
de estro tal que en nubes raya
y digno de contender
con Homero, con Petrarca,
con Virgilio, con Boscán,
con Dante y toda la escuadra
de clásicos que palpita
por ab-aeterno en las páginas…
-y a los que yo no conozco
más que de oídas … y gracias.
Me he creído que en mi mente
bullen imágenes claras
cual nuestro azul. -¿Vaya símil!
Me he creído que de mi alma
la nube lechosa y pura
-¡vaya fulgor de metáfora!-
puede dar continua lluvia
de versos de urdimbre mágica.
Me he creído… (Perdonadme,
que otra vez están en las habas
la “Luná” de mis pecados
y ahora no grita, no: rabia
el huertano. “¡Luná!” ¿Toma!
¿Para que otra vez no vayas!)
Os repito: me he creído
que ¡vamos!, que tengo pasta
de poeta. Que yo puedo
subir muy alto… sin alas.
Vosotros sabéis de sobra
lo que valgo. –¡Dios me valga!-
Vosotros habéis leído
los versos que en las preclaras
-adjetivo muy usado,
pero pasa ¿verdad?, pasa
lo mismo que otros más viejos_
revistas de nuestra patria
chica, vengo publicando
con muchas y gruesa faltas
de prosodia y de sintaxis,
de ritmo y de consonancia,
en los que hay imitaciones
harto serviles y bajas,
reminiscencias y plagios
y hasta estrofitas copiadas.
Vosotros tras de leerlos
me habéis dicho: “Pastor, ¡vaya!
eres ya todo un poeta”.
Y así, con toda mi alma
me lo he creído y con toda
ella, quiero imprimir para
la florida primavera
cuando todo ríe y habla
cuando todo sueña y trina
cuando todo brilla y canta,
un libro que me de ánimos
para seguir mi sonata
pastoril y me de gozo
de unos pétalos de fama.
Oriolanos mis paisanos:
-dos hemistiquios que hermanan-
al deciros en mi mal
compuesta y rimada carta
que pienso tejer un libro
con mis rimas poco gayas,
y poco… ¡bien! no es tan solo
para que ninguno yazga
ignorante, Es por… por… por…
(Aguardad que de a la cabra,
que otra vez se fue al habado
bancal y el huertano rabia.
¡”Luná”! ¡”Luná”! ¡Toma, perra!
¡Por volver a las andadas)
Decía que es por… por… por…
porque valdría mucha plata
editar el libro… y yo
no puedo valerlo en nada.
¿Me entendéis?...Que yo me he dicho,
Digo ¡Ah, si me ayudaran
los oriolanos, salvado,
salvado del todo estaba!
¿Me entendéis? ¿No?¡Santo Dios!
Hablaré más a las claras.
Que os pido,¡eso es! Que os pido
una peseta- no falsa –
un duro,¡ lo que queráis!
para poder mis ansias
satisfechas… ¿Me daréis
lo que si no me causara
vergüenza hasta de rodillas
os pidieran mis palabras…?
Confiando en que querréis
tener un artista –en mantas
o mantillas aún, y humilde
y modesto hasta Managua
se despide de vosotros,
anticipándoos las gracias,
este pastor a quien viene
a soltar cuatro guantadas
un huertano porque están
en su sembrado mis cabras.
Publicada en El Pueblo e Orihuela, el 2 de febrero de 1931
Miguel Hernández ya ha publicado bastantes poemas en algunos semanarios locales en su Orihuela natal -Actualidad, El Pueblo de Orihuela, etc., de corte conservador y religioso-gracias al apoyo de sus amigos, Carlos Fenoll y Ramón Sijé entre otros y quiere medrar a costa de lo que sea. Incluso publica en el diario alicantino Día, algo más liberal, donde ya se vislumbra la estrategia estudiada de promoción personal para alcanzar el estatuto de poeta. Habrá de esperar un poco más hasta ver impreso su Perito en lunas. Pero eso será después de su vuelta del primer viaje a Madrid.
En el poema "A todos los oriolanos", publicado en el semanario El Pueblo de Orihuela, el 2 de febrero de 1931, -un año después de ver publicado en el mismo semanario "Pastoril", que fue el primero- aparece el nombre propio de una de ellas. Aprovechamos para leer este "memorial" en romance, en palabras de Eutimio Martín, estudioso de la obra hernandiana para leer entre líneas el verdadero propósito del poeta, que no es otro que pedir abiertamente a todos los oriolanos, pero especialmente a D. Luis Almarcha, vicario general de Orihuela y director del semanario El Pueblo de Orihuela,que le financien la publicación de su primer libro de poemas, porque, sin duda, es tan mal pastor como buen poeta, como habían reconocido ya sus paisanos.
Carta completamente abierta
A TODOS LOS ORIOLANOS
Alma de mis oriolanos
¡digo!...oriolanos de mi alma.
A vosotros me dirijo
desde esta carta “arrimada”
que escribo, teniendo por
mesa el lomo de una cabra,
en la milagrosa huerta
mientras cuido la manada,
tras saludaros lo mismo
que hacen todos en las cartas.
Y me dirijo a vosotros
para… para…para…para…
(¡Ay! Perdonadme un momento.
Voy a echarle una pedrada
a la “Luná”, que se ha ido
artera a un bancal de habas,
y el huertano dueño de ellas
me está gritando desgracias.
Bien. Ya la espanté) Prosigo:
¿Os decía…? ¡Ah, sí, sí… ! ¡Calla!
Que me dirijo a vosotros…
(¡Rediós! Otra vez la cabra
Y el huertano que me grita!
Maldita sea la estampa
del animal que no quiere
que diga lo que empezaba.
¡”Luná”…! Ya escapó) Sigamos.
Y me dirijo así para
deciros que pienso hacer
con poesías de las dadas
a la luz y de las que están
sin ver la luz para nada
-que son bastantes- un libro.
¡Un libro, un libro! ¿Os extraña?
Pues que no os extrañe.¡Un libro!
Un bello libro que vaya
ilustrado por Penagos,
por Bartolazzi o Pedraza
y prologado por… ¡vamos!...
por el primero que salga.
¿Qué me decís? ¿Que es locura?
¿Qué veis muy mal que lo haga?
¿Qué no puede ser? ¿Qué es mucha
mi presunción y mi audacia?
¿Qué me lo he creído?...¡Cierto!
¡Me lo he creído! ¡Palabra!
Me he creído ser poeta
de estro tal que en nubes raya
y digno de contender
con Homero, con Petrarca,
con Virgilio, con Boscán,
con Dante y toda la escuadra
de clásicos que palpita
por ab-aeterno en las páginas…
-y a los que yo no conozco
más que de oídas … y gracias.
Me he creído que en mi mente
bullen imágenes claras
cual nuestro azul. -¿Vaya símil!
Me he creído que de mi alma
la nube lechosa y pura
-¡vaya fulgor de metáfora!-
puede dar continua lluvia
de versos de urdimbre mágica.
Me he creído… (Perdonadme,
que otra vez están en las habas
la “Luná” de mis pecados
y ahora no grita, no: rabia
el huertano. “¡Luná!” ¿Toma!
¿Para que otra vez no vayas!)
Os repito: me he creído
que ¡vamos!, que tengo pasta
de poeta. Que yo puedo
subir muy alto… sin alas.
Vosotros sabéis de sobra
lo que valgo. –¡Dios me valga!-
Vosotros habéis leído
los versos que en las preclaras
-adjetivo muy usado,
pero pasa ¿verdad?, pasa
lo mismo que otros más viejos_
revistas de nuestra patria
chica, vengo publicando
con muchas y gruesa faltas
de prosodia y de sintaxis,
de ritmo y de consonancia,
en los que hay imitaciones
harto serviles y bajas,
reminiscencias y plagios
y hasta estrofitas copiadas.
Vosotros tras de leerlos
me habéis dicho: “Pastor, ¡vaya!
eres ya todo un poeta”.
Y así, con toda mi alma
me lo he creído y con toda
ella, quiero imprimir para
la florida primavera
cuando todo ríe y habla
cuando todo sueña y trina
cuando todo brilla y canta,
un libro que me de ánimos
para seguir mi sonata
pastoril y me de gozo
de unos pétalos de fama.
Oriolanos mis paisanos:
-dos hemistiquios que hermanan-
al deciros en mi mal
compuesta y rimada carta
que pienso tejer un libro
con mis rimas poco gayas,
y poco… ¡bien! no es tan solo
para que ninguno yazga
ignorante, Es por… por… por…
(Aguardad que de a la cabra,
que otra vez se fue al habado
bancal y el huertano rabia.
¡”Luná”! ¡”Luná”! ¡Toma, perra!
¡Por volver a las andadas)
Decía que es por… por… por…
porque valdría mucha plata
editar el libro… y yo
no puedo valerlo en nada.
¿Me entendéis?...Que yo me he dicho,
Digo ¡Ah, si me ayudaran
los oriolanos, salvado,
salvado del todo estaba!
¿Me entendéis? ¿No?¡Santo Dios!
Hablaré más a las claras.
Que os pido,¡eso es! Que os pido
una peseta- no falsa –
un duro,¡ lo que queráis!
para poder mis ansias
satisfechas… ¿Me daréis
lo que si no me causara
vergüenza hasta de rodillas
os pidieran mis palabras…?
Confiando en que querréis
tener un artista –en mantas
o mantillas aún, y humilde
y modesto hasta Managua
se despide de vosotros,
anticipándoos las gracias,
este pastor a quien viene
a soltar cuatro guantadas
un huertano porque están
en su sembrado mis cabras.
Publicada en El Pueblo e Orihuela, el 2 de febrero de 1931
Miguel Hernández ya ha publicado bastantes poemas en algunos semanarios locales en su Orihuela natal -Actualidad, El Pueblo de Orihuela, etc., de corte conservador y religioso-gracias al apoyo de sus amigos, Carlos Fenoll y Ramón Sijé entre otros y quiere medrar a costa de lo que sea. Incluso publica en el diario alicantino Día, algo más liberal, donde ya se vislumbra la estrategia estudiada de promoción personal para alcanzar el estatuto de poeta. Habrá de esperar un poco más hasta ver impreso su Perito en lunas. Pero eso será después de su vuelta del primer viaje a Madrid.
Intro
Miguel Hernández, hombre y poeta
Pocos hombres se han volcado tan íntegra y apasionadamente en su creación lírica como Miguel Hernández. Su verbo cálido y enterizo va marcado con el sello imborrable de la sinceridad. Tal es su estilo humano y poético. Su actuación cotidiana, social o política, la llevaba a cabo con tal hombría y sin reservas como su quehacer artístico. Es la actitud radical de quien pudo decir en endecasílabos genialmente acuñados: "porque yo empuño el alma cuando canto" y "la lengua en corazón tengo bañada". Todo el hombre íntegro e ingenuo, entusiasta y apasionado, profundo e intenso, se ha disparado de tal modo en la resonancia metálica de su palabra poética que aún lo tenemos ahí palpitando en el misterio de sus versos vigorosos y sangrantes.
Lejos de la ilustrada distinción orteguiana: "Vida es una cosa, poesía es otra ... No las mezclemos", la creación lírica es para él proyección artística de las más hondas preocupaciones humanas. Precisamente es lo personal, "lo más humano de lo humano", el venero de su más conmovedora poesía. Su biografía, agitada y trágica, queda esculpida en poemas prodigiosos. El amor, la generación y maternidad, la esposa, son los más excelsos temas líricos. La guerra con sus heridos, sangre, muerte, soledad, hambre, inspira poemas impresionantes. El ronco tren maternal que "avanza como un largo desaliento" cargado de moribundos, dolor y sudor, empaña su verso, muy alejado de todas las purezas artificiales, pero en el que orean aires limpios de autenticidad y vibración cordial, viril y sin mixtificaciones.
Exactamente por todo ello Miguel Hernández tiene un extraordinario mensaje lírico y humano. Es capaz de levantar oleadas de entusiasmo, lo sentimos muy cerca de nosotros. A la distancia de ya algunas décadas su sensibilidad artística sigue siendo la nuestra y su poesía respira esa hombría y sinceridad que impregna toda su creación y que embriaga a todo ser humano de espíritu joven, limpio y sensible.
De:http://www.mhernandez.narod.ru/poesia.htm
Pocos hombres se han volcado tan íntegra y apasionadamente en su creación lírica como Miguel Hernández. Su verbo cálido y enterizo va marcado con el sello imborrable de la sinceridad. Tal es su estilo humano y poético. Su actuación cotidiana, social o política, la llevaba a cabo con tal hombría y sin reservas como su quehacer artístico. Es la actitud radical de quien pudo decir en endecasílabos genialmente acuñados: "porque yo empuño el alma cuando canto" y "la lengua en corazón tengo bañada". Todo el hombre íntegro e ingenuo, entusiasta y apasionado, profundo e intenso, se ha disparado de tal modo en la resonancia metálica de su palabra poética que aún lo tenemos ahí palpitando en el misterio de sus versos vigorosos y sangrantes.
Lejos de la ilustrada distinción orteguiana: "Vida es una cosa, poesía es otra ... No las mezclemos", la creación lírica es para él proyección artística de las más hondas preocupaciones humanas. Precisamente es lo personal, "lo más humano de lo humano", el venero de su más conmovedora poesía. Su biografía, agitada y trágica, queda esculpida en poemas prodigiosos. El amor, la generación y maternidad, la esposa, son los más excelsos temas líricos. La guerra con sus heridos, sangre, muerte, soledad, hambre, inspira poemas impresionantes. El ronco tren maternal que "avanza como un largo desaliento" cargado de moribundos, dolor y sudor, empaña su verso, muy alejado de todas las purezas artificiales, pero en el que orean aires limpios de autenticidad y vibración cordial, viril y sin mixtificaciones.
Exactamente por todo ello Miguel Hernández tiene un extraordinario mensaje lírico y humano. Es capaz de levantar oleadas de entusiasmo, lo sentimos muy cerca de nosotros. A la distancia de ya algunas décadas su sensibilidad artística sigue siendo la nuestra y su poesía respira esa hombría y sinceridad que impregna toda su creación y que embriaga a todo ser humano de espíritu joven, limpio y sensible.
De:http://www.mhernandez.narod.ru/poesia.htm
Con Miguel Hernández
Queremos recordar desde la Escuela de Adultos de El Villar a Miguel Hernández en el año de su centenario. Desde que nos dejó en 1942 -y a pesar del ninguneo durante tanto tiempo por parte de quienes habían ganado la guerra-, Miguel Hernández es y ha sido para muchos de nosotros "como el árbol talado que retoña, porque aún tiene la vida", como dice en uno de sus poemas. Sí, aún tiene la vida y se nos muestra hoy como un símbolo de lo verdaderamente humano, como el poeta que quiso ser hombre, sencillo, pasional, comprometido, honesto, un poeta, en definitiva, para la inmensa mayoria.
En este blog intentaremos recoger noticias,colaboraciones, manifestaciones,canciones,vídeos, imágenes, referencias, enlaces, textos del poeta y también, los nuestros, los que surjan a partir de lecturas, de interpretaciones de sus poemas, de la emoción de sentir la hondura y la autenticidad de su obra y de su vida, en definitiva,queremos dejarnos llevar por ese torrente de vitalidad que emana de la palabra del poeta que con tanto empeño quiso que fuera la de todos.
En este blog intentaremos recoger noticias,colaboraciones, manifestaciones,canciones,vídeos, imágenes, referencias, enlaces, textos del poeta y también, los nuestros, los que surjan a partir de lecturas, de interpretaciones de sus poemas, de la emoción de sentir la hondura y la autenticidad de su obra y de su vida, en definitiva,queremos dejarnos llevar por ese torrente de vitalidad que emana de la palabra del poeta que con tanto empeño quiso que fuera la de todos.
martes, 13 de abril de 2010
No es nada de tu cuerpo
1
No es nada de tu cuerpo,
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca —tu boca
que es igual que tu sexo—,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo, en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada —¿qué es una mirada?—
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un gramo, ni un momento:
Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.
Jaime Sabines
Recuento de poemas, 1950-1993
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No es nada de tu cuerpo,
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca —tu boca
que es igual que tu sexo—,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo, en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada —¿qué es una mirada?—
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un gramo, ni un momento:
Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.
Jaime Sabines
Recuento de poemas, 1950-1993
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