Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias(...)
Esta casa en otros tiempos no muy distantes estuvo habitada. Alguien tuvo un sueño y, sobre la fuente más conocida del pueblo, la de Raimundo, edificó un pequeño paraíso. Plantó árboles y trajo un tranvía. Pasó en ella los veranos frescos y saludables y después la abandonó. El paso del tiempo y la visita continuada de jóvenes y adolescentes, atraídos por ese halo de misterio que despiertan los sitios extrañamente abandonados, han certificado el estado ruinoso en que ahora se encuentra. Es como si hubiese pasado un tornado. Lo que en otros tiempos era un objeto de deseo por su singularidad y belleza, hoy se ha convertido en lugar predilecto de jóvenes grafiteros. Algunos han dejado muestras más o menos anodinas, pero de entre todos ellos destaca uno distinto que, en su ajustada sencillez monocrómatica,reivindica la figura de Miguel Hernández. Hoy he visto este lugar más lleno, con otra presencia, con otra luz y otro aire. Qué buena idea elegir a Miguel para que sostenga las paredes, para evocarnos la belleza indestructible de los sueños, para devolvernos la esperanza.
No sé quien ha pintado esta casa, pero ya no esta vacía, ni sola, ni nada.
domingo, 16 de enero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Felicidades. Sangro, lucho y pervivo
ResponderEliminarPervive, por suerte y pese a todo.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=vFypmLueets Igual esto te da un poquito de información sobre la pintada.
ResponderEliminarlos jóvenes aún tenemos mucho que pintar, y mucho que decir. Salud.
ResponderEliminar